Peter Dundas ahonda en el lenguaje oriental sobre finísimos tejidos que parecen volar sobre la piel. Transparencias, bordados dorados, paillettes... el mundo sexy de Emilio Pucci se vuelve más sofisticado que nunca
Gasa blanca, semitransparente y bordados de acabado brillante con motivos orientales, estos códigos han dominado las primeras salidas del desfile de Emilio Pucci. Se han incorporado a vestidos y vaporosos pantalones que culminan, en la parte superior, en sobrios cuellos mao.
El kimono se une con la bomber para dar lugar a una nueva especie, que ejerce de vestido, de líneas fluidas y proporciones livianas. Tras ellos, Peter Dundas nos sorprende con trenchs transparentes y blazers ricamente bordadas, cuyo brillo ejerce una preciosa contraposición de texturas al superponerse a los finísimos pantalones y tops de gasa. Éstos parecen a punto de evaporarse, son la delicada piel de un ángel.
Tras este celestial comienzo, el color blanco comienza a adornarse en tonos tierra y verdes, con motivos geométricos y florales en camisas, shorts de seda, bombers y pantalones de líneas sueltas. El imaginario oriental no tarda en aparecer, tigres y dragones se bordan en los kimonos, desafiantes sobre colores kaki, que nos hablan de la selva y los uniformes militares. Vietnam en Milán.
Para la noche, los vestidos negros vuelven a coquetear con las transparencias y se adornan con imponentes bordados en hilo dorado, que ponen el guiño aristocrático. Tras ellos, varias salidas en blanco vuelven a implantar ese toque angelical y sereno, para terminar con un poderoso tono naranja, en un vestido de cuello halter, que ha resultado imponente en el cuerpo de la gran Joan Smalls.
La mujer de Peter Dundas sigue siendo tan sexy como siempre, pero no teme caminar por un sendero conceptual más sofisticado y maduro que nunca.
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