Roberto Cavalli mira hacia las formas de la naturaleza interpretadas por los dictados del Art Nouveau, para aplicarlas a sus estampados. Sensualidad y delicadeza se dan la mano en forma de encaje y seda.
La naturaleza florece, de manera sutil y delicada en los diseños de la última colección de Roberto Cavalli. Encaje, cristales bordados sobre vestidos de seda, estampados diseñados a mano y colores suaves forman su propuesta para el próximo verano.
El total white ha dado comienzo al desfile, apostando por los pitillos rasgados y adornados con encaje, junto a vaporosas blusas y chaquetas de hombros definidos. Tras ellos, el estampado ha puesto la nota de color en nude, verde y naranja, tomando prestadas las orgánicas formas del Art Nouveau para convertirlas en símbolos gráficos, que se trasladan también al patronaje de los vestidos. Es por eso que se vuelven ligeros, con escotes que llegan hasta la cintura y caderas bajas estilo años veinte, superponiéndose a livianos pantalones.
La inspiración Art Nouveau se tiñe de blanco y negro en la última parte del desfile, que presenta trajes de dos piezas con chaquetas de voluminosos hombros. Éstas conviven de nuevo con vestidos de líneas sueltas, donde encaje y seda se encuentran para dar lugar a prendas muy femeninas.
Pero el momento más sexy llega con los diseños para la noche. Vestidos negros con brillantes cristales bordados, que exhalan cierto aire vamp, para una mujer fatal que muestra sensualmente su cuerpo gracias al efecto calado, las aberturas en la mitad superior y las transparencias. Porque, si alguien sabe cómo sacar el lado más sexy de la mujer, ese es sin duda Roberto Cavalli.
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