http://www.drjohnnydelcastillo.com/Nosotros.html

martes, 30 de octubre de 2012

¿POR QUÉ NO NOS CANSAMOS DE LOS VESTIDOS NEGROS?

Hace no mucho se podía distinguir a distancia si una concentración era de gente de la moda, ya que todos iban vestidos de negro. Hoy, en cambio, son los colores estridentes y los estampados bizquantes la norma a la salida de un desfile. El cambio en el uniforme de los editores se explica, como casi todo estos días, por la expansión de los editores se explica, como casi todo estos días por la expansión de internet. Ciertamente, poca gracia tendrían todas esas páginas dedicadas a retratarlos si siguieran profesando devoción al negro. En todo caso, ese nuevo paradigma es necesario para comprender por qué los especialistas han convertido en noticia algo que, para el común de los mortales, está lejos de serlo.


Acaso nunca ha estado tan atinada lla revista VOGUE como cuando, en octubre de 1926, proclamó que un vestido negro de Coco Chanel era ‘’el traje que todo el mundo llevará’’. Aquel diseño es el germen de lo que hoy ya debería entenderse como una categoría de vestuario completa, cuyo nombre resultará familiar hasta al menos versado en moda. Little Black Dress. Chanel no solo dotó al color negro de un  vehículo efectivo para la dominación mundial; además fue una de las grandes impulsoras de su uso cotidiano. ‘’Las mujeres piensan en todos los colores, excepto en la ausencia de estos. El negro lo tiene todo. El blanco también su belleza es absoluta. Es la armonía perfecta.


La fórmula del vestido oscuro se ha revelado tan resistente como para mantenerse impoluta durante más de 80 años. Si usted imagina el acto de componer su identidad estética como si fuera una partida de póquer, el vestido negro sería la carta del joker. El comodín, la que se puede aplicar a cualquier suerte favorable. Este otoño barroco y fantasioso. Es cierto que hay delirio en la profusa ornamentación de Dolce & Gabbana, Balmain, Lanvin o Louis Vutton. Puede que sean de un velado erotismo, en el caso de Gucci; más bien deportivos, como los de Victoria Beckham, o coquetos como los de una bailarina en Dior.


No hay comentarios:

Publicar un comentario