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jueves, 4 de octubre de 2012

El renacimiento de Saint Laurent

 Hedi Slimane retorna por la puerta grande y nos sorprende con un desfile en el que todos los diseñadores le han prestado su apoyo desde el front row. Llega una nueva era

 


Hedi Slimane ha vuelto... y Saint Laurent renace. El Grand Palais de París se vistió de misterio, mientras un cubo negro ejercía de pasarela, aumentando los nervios y la incertidumbre. Era el desfile más esperado de la temporada y nadie quería perdérselo. El front row revelaba una unión total entre Slimane y sus colegas de profesión, pues todos los diseñadores estuvieron presentes: Gaultier, Riccardo Tisci, Alber Elbaaz, Marc Jacobs... y un largo etcétera de nombres que, como Kate Moss quisieron apoyar al experto debutante.
Lo primero que advertimos al comenzar el desfile, a ritmo de Dafft Punk, es que Slimane ha unido a la perfección sus códigos con los de Yves. Es por eso que su sastrería slim de Dior Homme -aquella que fue la debilidad de Lagerfeld- se ha fusionado con el smoking de Saint Laurent, creando una visión muy 70's, junto a unos desconcertantes sombreros de ala ancha. En blanco y negro, estas salidas ocultan grandes lazos a modo de corbata y toques de animal print en las mangas.


El desfile sigue y Slimane vuelve a invocar a Yves, convirtiendo su mítica sahariana en maxivestido, en falda con flecos... el legado está ahí, muy presente, haciendo que Veruschka retorne a nuestras mentes, pero al mismo tiempo sufriendo una digna epifanía. Las capas, totalmente dramáticas y teatrales, adornan maxivestidos de proporciones livianas, tejidos vaporosos y mangas voluminosas, en colores joya, que con grandes escotes nos hablan de los años setenta.


Las texturas se superponen, los chalecos de cuero conviven con camisas de seda, las capas de gasa contrastan con otras llenas de flecos, boleros de volantes, saharianas de napa... la lista es muy rica, y sin embargo todo está perfectamente hilvanado según los designios de Slimane, único que puede unir la estética de Woodstock con la sastrería más impecable que podamos soñar. 


Y así, este shock visual, este desfile que nunca olvidaremos y que Slimane quiso dedicar a Pierre Bergé, marca el comienzo de una nueva era.

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