Nina Ricci

La oscuridad se cierne sobre la primavera de Peter Copping para Nina Ricci. Medias de rejilla y vestidos de raso con un punto decadente que se mantiene incluso en los diseños en tonos pastel. Cortes y adornos, como flecos y collares, miran hacia los años 20 y los arneses de inspiración 'bondage' ponen el contrapunto canalla a su extremo opuesto: las rebecas abotonadas y los trajes de chaqueta.

Feminidad teñida con pinceladas españolas, así es la colección de Nina Ricci para la próxima primavera

Nina Ricci es siempre la viva imagen de la feminidad y la delicadeza. Sus vestidos acarician las curvas femeninas y las resaltan con dulzura, sin atarlas ni esconderlas, pues la elegancia natural es su sello. Y por lo que hemos visto hoy en la pasarela parisina, su colección primavera/verano 2013 no ha sido una excepción. Pese al complicado patronaje, que tiende a la asimetría y consigue un complicado equilibrio de opuestos, las prendas se muestran fáciles de llevar, sin que nos planteemos toda esa maestría en la costura que hay tras ellas.

El negro ha dominado el arranque del desfile, rápidamente iluminado por un intenso rojo de tintes españoles. El azul cielo, el rosa bebé y el azul noche completaban el colorido de la colección, aderezada por grandes lunares y flecos bordados, que han vuelto a llevar España a la mente de los invitados.

La superposición de volúmenes, los drapeados y los trazados asimétricos han aparecido en todas las salidas, a excepción de unos trajes de chaqueta de acabado metálico, que tienen algo de Jackie O. La transición a la noche ha llegado en forma de transparencias y brillantes pantalones pitillo, para dejar paso a vestidos en negro y rosa nude, con paillettes bordadas, delicados peplum y sencillos volantes.

Los complementos de este mundo delicado y femenino que es Nina Ricci, han puesto el contrapunto, entre cadenas doradas con perlas y unos zapatos que dejan los dedos a la vista y tienen el tacón transparente, como en aquel zapatito de cristal del cuento...