La diseñadora se inspira en el sur de España reinterpretando los volantes, lunares y flecos en una colección marcada por el blanco y negro, destaca también por los bordados y costuras artesanales en organzas de seda, gazar, alpacas y lanas. Los cortes rectos se ajustan a la silueta femenina ayudados por toreras, hombreras marcadas, estampados de lunares en un claro homenaje a nuestro país. Para mi la más elegante, te hace sentir una mujer muy femenina.
La diseñadora se enroca en los tópicos patrios, el folclore y la tauromaquia, en una colección en la que las chaquetillas, los pantalones bordados, las blusas de lunares y los vestidos vaporosos inciden en su racial visión de la moda.
Las modelos destilan fortaleza, una sensación que se refuerza por obra y gracia del khôl negro, que emborrona la línea interior del ojo. En la tez, los polvos de sol marcan los huesos y las tonalidades rosadas de las mejillas hacen juego con los labios. Para el cabello, la diseñadora ha elegido un moño bajo con raya al lado.
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