Just Cavalli vuelve a sumergirnos en su mundo colorista, presentando una propuesta llena de feminidad, potente y desafiante
La colección esta llena de Flores caleidoscópicas, print de leopardo, denim, paillettes... así es el mundo de Just Cavalli. Del más riguroso blanco en las primeras salidas, Cavalli camina hasta minivestidos que nos adentran en un laberinto multicolor.
Las siluetas de los vestidos son sueltas, fáciles de llevar pero sin perder un ápice de feminidad, con unas mangas que se prolongan hasta el infinito, poniendo el punto de teatralidad. Los jeans ajustados, con detalles desgastados se combinan con impolutas camisas y blazers estructuradas en blanco, negro y azul noche. A éstas se añaden estampados en azul intenso, que recuerdan a las formas que decoran las paredes de los palacios barrocos.
Las siluetas de los vestidos son sueltas, fáciles de llevar pero sin perder un ápice de feminidad, con unas mangas que se prolongan hasta el infinito, poniendo el punto de teatralidad. Los jeans ajustados, con detalles desgastados se combinan con impolutas camisas y blazers estructuradas en blanco, negro y azul noche. A éstas se añaden estampados en azul intenso, que recuerdan a las formas que decoran las paredes de los palacios barrocos.
El estampado de leopardo es fetiche obligado en Cavalli, y en esta ocasión se aplica a bombers, - cuyo volumen contrasta con pitillos blancos con toques violetas-, y a ceñidísimos pantalones, combinados con chalecos vaqueros, creando una imagen sexy y rompedora, de espíritu desafiante.
Las paillettes a modo de piel de sirena, aparecen en pitillos, tops y unas minicazadoras que ponen el toque rockero al desfile, junto con unas botas peep-toe propias de una amazona moderna, dispuesta a comerse el mundo.
El universo de Just Cavalli vuelve a llenar nuestras retinas de color y de ese toque sexy que exhala todo aquello que es tocado por la mano del diseñador.
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