"Llévate mi bolso, mi reloj pero, por favor, no me quites mis
Manolos". La súplica desesperada de Carrie Bradshaw a un ladrón en Sexo en
Nueva York resume a la perfección lo que supone la obra de este diseñador hoy
en día. El resultado de más de cuarenta años a los pies de las mujeres más
influyentes del planeta que tendrán su reconocimiento el día 27 de
noviembre, recibió Manolo Blahnik el premio honorífico de la moda
británica a toda su carrera.
Será el día de su 70 cumpleaños cuando el zapatero español sume un nuevo
galardón en el país donde reside desde los años 80. Español de nacimiento
(Santa Cruz de la Palma, Canarias) y británico de adopción, Blahnik se trasladó
a Bath algún tiempo después de abrir su primera tienda, Zapata, en la calle Old
Church Street del barrio londinense de Chelsea. Arropado por la élite de la
moda, Diane Vreeland entre otros, el éxito no tardaría en llegar.
En 2007, la reina Isabel II lo condecoró como comandante de la Orden del
Imperio Británico -un título que recientemente también ha recibido la
actriz Kate Winslet- pero para entonces Blahnik ya se había erigido como el hada madrina de
todo el 'star system'. Porque sus zapatos no serán de cristal pero sí
parecen fruto de la magia.
A pesar de su estética imponente, una tras otra, sus admiradoras han dejado
claro que calzarlos es toda una experiencia. "Mejor que el sexo",
dijo Madonna en una ocasión, pero basta con observar cómo Sarah Jessica
Parker, Victoria Beckham y demás 'celebrities' desfilan con ellos por la
alfombra roja para empezar a creer en su comodidad. En palabras del diseñador:
"Me encanta lo exagerado y lo excéntrico, pero tienes que estar cómodo. Si
no, es una tontería. No hay nada de encantador en una mujer que no puede
caminar con sus zapatos".
El maestro ha expresado su entusiasmo ante el inminente homenaje que le
rendirá la moda británica sin dejar de plantearse nuevos retos: "No
dejo de mirar hacia adelante y de pensar en nuevos desafíos, pues esto es
lo que me mantiene vivo. Si miro hacia atrás me siento asustado, no
feliz", recogía The Guardian. Por lo pronto, Blahnik puede colgarse la
medalla de haber conquistado el universo de las estrellas con unos zapatos de
culto que, a falta de suela distintiva, llevan su nombre de pila.
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