Irrepetible, el desfile de Jean Paul Gaultier nos dejaba sin palabras, con un opulento homenaje a los ochenta que nos ha contagiado la genuina fuerza de Jean Paul Gaultier. Icónico, porque este será ese tipo de desfiles que triunfan en las retrospectivas sobre la historia de las firmas. Y por último, genial, porque ¿cuántas veces Michael Jackson, Amanda Lear, David Bowie y su alter ego Ziggy Stardust, Grace Jones, Boy George, Sade, Annie Lenox o Madonna poseen una pasarela? Eso es algo que sólo se le podría haber ocurrido a Gaultier, y por eso, le aplaudimos.
Los ochenta, con sus looks excesivos, sus peinados extremos y sus colores metálicos han inspirado al diseñador, en este homenaje a una época que marcó la moda para siempre. Porque, es quizá la década más criticada en lo que a estilo se refiere, pero no podemos negar que llamó a la rebeldía a toda una generación, que gritó al mundo quién era mediante purpurina y plataformas.
Pero las referencias siguen, hemos bailado Billy Jean mientras las modelos aparecían, como dobles de Michael Jackson, con sus cazadoras de cuero, para retomar la serenidad estilística de Sade, que ha dado lugar a algunas de las salidas más sensuales del desfile, vestidas de negras transparencias.
Y para poner el broche final, Amanda Lear -modelo, cantante, musa de Dalí...- se ha subido a la pasarela del brazo de Gaultier, con un vibrante vestido rosa, cerrando el círculo ochentero en el que nos ha sumergido el diseñador. Queremos que Gaultier nos siga sorprendiendo así porque, como rezaba el Rebel Rebel de Bowie:
"We like dancing and we look divine!"
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