Bordados, encajes, terciopelo. La tendencia más opulenta se alza como reina absoluta
Una tendencia opulenta sobrevuela el díficil signo de los tiempos y se coloca en la cima de la temporada. Es majestuosa, palaciega, dorada y definitivamente abigarrada. Así es el nuevo barroco con sus bordados recargados, sus cortes rotundos y ricos materiales, en el que han ahondado las colecciones de Dolce&Gabbana, Versace y Balmain para este otoño/invierno.
Tan evocador como aristocrático, este estilo ha ido creciendo en paralelo a la recesión. Y cuanto más al rojo vivo se han puesto los fondos monetarios, más rotunda se ha vuelto su presencia. La tendencia se dejó intuir en otoño/invierno de 2011, en Alexander McQueen y sus terciopelos en color rubí, bordados dorados y siluetas híper trabajadas. Continuó Prada en la primavera/verano con unas gafas tan oníricas como serpenteantes, a las que bautizó baroque. Y siguieron los encajes y pedrerías que confirman el reinado del barroco en este otoño/invierno de 2012.
Stefano Gabbana y Domenico Dolce se han entregado sin reservas a un estilo excesivo al que les gusta mirar cada cierto tiempo, y Versace vuelve sobre las líneas del genial Gianni, rescatando unos estampados y un aire barroco que le pertenecen. Salvatore Ferragamo ha recargado las botas a base de bordados, como Valentino –también en la Alta Costura– ha hecho con los vestidos. O Balmain, que no ha dejado de lado su espíritu rock pero ha cargado tintas con bordados y apliques.
Resulta curioso observar cóm,o mientras la economía global boquea e intenta subir una y otra vez a la superficie para respirar, la tendencia más fuerte del otoño se centra en la más rica opulencia. Paradojas de la moda.
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