La expresión Dolce Vita pero en perfume, y es que llegan notas con aires bizantinos, barrocos, muy nocturnas y con un punto canalla. La casa francesa da una vuelta de tuerca a las fragancias orientales y crea Coco Noir, la ´´ultima joya del perfumista Jacques Polge.
Si Coco, el perfume, fue creado para evocar el apartamento de Gabrielle Chanel en la Rue Cambon, en París y 19 es un homenaje al nacimiento de la diseñadora (19 de agosto de 1883). Coco Noir refleja otra etapa de su vida, íntima y triste, que supuso un auténtico renacer. Corría el año 1920 y acababa de morir en un accidente el jugador de polo Arthur Boy Capel, el hombre al que más había amado Gabrielle. La diseñadora se marchó a Venecia a llorar su pérdida pero lo que consiguió cuando ante ella se abrió una ciudad maravillosa y salvadora fue descubrir que no era amiga de lamentos ni de lutos. El perfumista Jacques Polge, creador de Noir, afirma que la experiencia veneciana enseñó a Chanel ‘’la elegancia de lo bizantino, el sentido de la grandeza y la certeza de que se puede renunciar a todo menos a uno mismo’’
La esencia refleja lla opulencia veneciana de los años 20, los oros de los mosaicos de la Basílica de San Marcos, las consolas barrocas, las arañas de Murano, los palacetes a orillas de los canales y por supuesto sin olvidar el león, símbolo de la ciudad y signo zodiacal de Coco. ‘’Es ese Oriente que comienza y acaba en Venecia’’.
El frasco de Coco Noir existe porque Jacques Polge vio en el taller de perfumes un frasco negro ‘’y sentir la necesidad imperiosa de crear un perfume para él’’.
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