Su colección está inspirada en los años 20’, en pleno preámbulo de la gran depresión que llegó con el crack del 29, y cuando la tendencia eran las siluetas de cadera baja. Lo que más llama la atención son los vestido armados de varias piezas, aunque en realidad se trate de una sola pieza.
El único estampado de toda la muestra son los topos, que más que lunares parecen manchas de tinta, ya que se mezclan en diferentes tamaños.
Los vestidos cortos me recuerdan mucho a la colección de 2009 de Balenciaga, con dobles tejidos en hombros, similares a una armadura.
Sin duda, opciones para las noches más largas y sofisticadas. Me encanta el toque del cinturón dorado rígido, que me recuerda a Gucci.
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